Biblioteca Centro Cultural
Jairo Panesso Tascón

La balada de Maria Abdala / Juan Gossain

Por: Gossain JuanTipo de material: TextoTextoEditor: Colombia : Dìvinni Ltda. Descripción: 205 pISBN: 958-42-0660-5Clasificación LoC:863 G694b
Contenidos:
La muerte empezo a morirse el viernes a la luna de la tarde. Aunque los muertos no tenemos noción del tiempo ni falta que nos hace, supe que estamos en diciembre al ver la claridad del mediodia que entra a raudales por las tragaluces del baño. Supe tambien que es la luna de la tarde porque el aire tiene la fragancia inconfundible de la leña verde del almuerzo y su humo espeso. Supe, en fin, que hoy es viernes, porque acabo de oir el caballo blanco del compandre Jacinto Negrete que caracolea en el patio. Se desmontara con el salto garboso que le permite su vejez atletica, apoyando un pie en el estribo, y despues de amarrarlo bajo la sombra coposa del palo de mango. La misma ceremonia ritual de todos los viernes, desde que existe el mundo,al pie de los cèlebres mangos de masa que Simón Neri habia traido en la emigración de su aldea de Raipur, ceraca de Bombay, en la India, y se pueden cortar en redondo, por la cintura, como agucate, y separar en dos mitades iguales porque no tienen fibras ni dejan hilachas entre los dientes y su carne amarilla recuerda mas al durazno maduro que a los mangos comunes. \ La muerte. -- El fantasma. -- El origen. -- EL incendio. -- La santa. -- Los cangrejos. -- El verano. -- El padre. -- El final.
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Tipo de ítem Ubicación actual Colección Signatura Copia número Estado Fecha de vencimiento Código de barras
Literatura Literatura Biblioteca Central
Colección Literatura 863 G694b (Navegar estantería) Ej. 1 Disponible 7815

Donación realizada en Diciembre de 2010 por Castronovo. \

La muerte empezo a morirse el viernes a la luna de la tarde. Aunque los muertos no tenemos noción del tiempo ni falta que nos hace, supe que estamos en diciembre al ver la claridad del mediodia que entra a raudales por las tragaluces del baño. Supe tambien que es la luna de la tarde porque el aire tiene la fragancia inconfundible de la leña verde del almuerzo y su humo espeso. Supe, en fin, que hoy es viernes, porque acabo de oir el caballo blanco del compandre Jacinto Negrete que caracolea en el patio. Se desmontara con el salto garboso que le permite su vejez atletica, apoyando un pie en el estribo, y despues de amarrarlo bajo la sombra coposa del palo de mango. La misma ceremonia ritual de todos los viernes, desde que existe el mundo,al pie de los cèlebres mangos de masa que Simón Neri habia traido en la emigración de su aldea de Raipur, ceraca de Bombay, en la India, y se pueden cortar en redondo, por la cintura, como agucate, y separar en dos mitades iguales porque no tienen fibras ni dejan hilachas entre los dientes y su carne amarilla recuerda mas al durazno maduro que a los mangos comunes. \ La muerte. -- El fantasma. -- El origen. -- EL incendio. -- La santa. -- Los cangrejos. -- El verano. -- El padre. -- El final.

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