El cachalandran amarillo Germán Castro Caycedo

Por: Castro Caycedo GermánTipo de material: TextoTextoEditor: Colombia : Planeta 1989Edición: 1 edDescripción: 217 pISBN: 9586143090Tema(s): 1. LITERATURAClasificación CDD: 863 C279c
Contenidos:
A las once de la manana el Sol era plomo derretido. Y no habia brisa. No la podia haber, entre otras coasas porque avanzabamoss tan lentamente como nos lo permitia el impluso de las palanacas movidass por el Agapito y Serfaafin. Agapito venté y serafin ocoró, piloto uno y probero derl otro. El piloo va atras y el probero adelante, pero los dos trabajaban igual. Ambos mueven la canoa con la fuerza de los brazos, de la espalda, de la cintura, de las piernas, de los pies que se agarraban al piso, y del cuelli que parece drigir los movientos, y de la cabeza que, desde luego, marca el ritmo del resto del cuerpo que a cada palancaza dispara una gota de sudor.
Etiquetas de esta biblioteca: No hay etiquetas de esta biblioteca para este título. Ingresar para agregar etiquetas.
    Valoración media: 0.0 (0 votos)
Tipo de ítem Ubicación actual Colección Signatura Copia número Estado Fecha de vencimiento Código de barras
Libro - Material General Libro - Material General Biblioteca Central
Colección General
Literatura 863 C279c (Navegar estantería) Ej. 1 Disponible 791

A las once de la manana el Sol era plomo derretido. Y no habia brisa. No la podia haber, entre otras coasas porque avanzabamoss tan lentamente como nos lo permitia el impluso de las palanacas movidass por el Agapito y Serfaafin. Agapito venté y serafin ocoró, piloto uno y probero derl otro. El piloo va atras y el probero adelante, pero los dos trabajaban igual. Ambos mueven la canoa con la fuerza de los brazos, de la espalda, de la cintura, de las piernas, de los pies que se agarraban al piso, y del cuelli que parece drigir los movientos, y de la cabeza que, desde luego, marca el ritmo del resto del cuerpo que a cada palancaza dispara una gota de sudor.

No hay comentarios en este titulo.

para colocar un comentario.